MUECAS Y TIC

 

 

MUECAS Y TICS

  Las pequeñas muecas o tics son movimientos de repetición involuntarios y constituyen un hábito nervioso que suele ocurrir más a menudo en la niñez, principalmente entre niños de seis a doce años.

Incluyen guiños, sacudidas de hombros, chasqueos de lengua, muecas y sacudimiento de cabeza con una gran cantidad de variantes. A veces el tic se desarrolla como una reacción en un periodo especialmente estresante de la vida, pero a menudo, estos movimientos aislados habituales son el resultado del estrés normal que comporta crecer.

Un tic provocado por el estrés desaparece en pocas semanas. Las regañinas no aceleran el proceso. En raras ocasiones el tic persevera durante más de dos semanas. Si persiste debe ser tratado directamente a través de intervenciones planificadas.

Algunos tics pueden ser más preocupantes. Cuando se acompañan de sonidos extraños o de palabrotas puede ser síntoma de un trastorno neurológico llamado síndrome de Gilles de la Tourette. Si se sospecha que el tic puede ser síntoma de un problema emocional o físico más grave, es conveniente realizar un examen médico.

 PAUTAS DE INTERVENCIÓN.

 1.- Disminuir el estrés. Enseñar a relajarse

 Habitualmente el tic es una respuesta al estrés, por lo que hay que reducir el nivel de estrés en la vida del niño, ayudándole con los problemas escolares, eliminando los horarios sobrecargados de actividades, entre otros. Enseñar las técnicas de relajación. Para ello pueden adquirirse cintas grabadas con las citadas técnicas.

 2.- Enseñarle a ser consciente

  Utilice un espejo y haga que el niño se mire en él y pídale que describa cómo es el tic y cómo se produce. Ayúdele a confeccionar una lista con las situaciones en las que el tic se produce con más frecuencia y hablar de los inconvenientes sociales de este hábito.

 3.- Enseñar alternativas

  Una excelente estrategia para superar los tics es sustituirlos por movimientos que los contrarresten. Hay que tensar los músculos opuestos a los que producen el tic. Para contrarrestar los guiños, elevar las cejas y abrir mucho los ojos durante unos minutos. Para contrarrestar el movimiento de cuello y cabeza inclinar ésta hacia delante durante unos minutos. Experimente con el niño frente al espejo hasta que reconozca el movimiento alternativo.

 4.- Elogiar y recompensar cuando practique

  Si se quiere superar un tic lo mejor es la práctica constante y la utilización de movimientos adecuados que lo contrarreste. Debe elogiar con frecuencia al niño mientras practica y recompensarle adecuadamente ante los avances que experimente por pequeños que sean.

 5.- Usar la práctica negativa

  Si lo practicado hasta ahora no resulta eficaz utilice la técnica de la práctica negativa. Haga que el niño practique tanto el tic que los músculos que lo producen se cansen. Por ejemplo, un niño que sacuda el brazo repetirá las sacudidas hasta que sienta el brazo realmente cansado. La finalidad de esta técnica no es castigar al niño, sino combatir el tic por medio del cansancio de los músculos.